Manual de poeta #99
Una de las características más hermosas de la poesía es la libre interpretación. Esa comunicación que se termina de completar cuando el lector lee la obra, cuando el espectador recibe el espectáculo. En este sentido, el poema más perfecto sería el escenario vacío, el lienzo limpio, la hoja en blanco. Un poema en donde el lector podría hacer lo que quisiera con la obra. Sin ningún marco.
A ese lector, a este espectador, se lo llama poeta.
A ese lector, a este espectador, se lo llama poeta.
Manual de poeta #99,
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