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Mostrando las entradas de octubre, 2008

De poetas y editores (por Sebastián Olaso)

El escritor escribe para un lector ideal, abstracto, no verificable, que casi siempre coincide con sus pares, sus amigos o su generación. Y eso no siempre indica que, efectivamente, el lector resultante sea ése. Marosa Di Giorgio escribía para las mujeres de su entorno, y su poesía trascendió todo: el género, el entorno, el espacio, el tiempo. La pregunta acerca de quién es el potencial lector es una pregunta de editor, que necesita identificar a su cliente para dirigir la publicidad de manera adecuada. El artista no puede ni debe condicionarse por ese planteo. Debe hacer su obra de acuerdo con sus inquietudes y su talento. Cuando la obra sale a la calle, se sabrá a quién le llega. La tarea de quien escribe es escribir , acercarse cada vez más a un ideal propio, y difundirse. La diferencia entre pararse en la calle a leer lo que uno escribió y presentarle una carpeta a una editorial es sutil. Siempre se tratará de una persona tratando de difundir sus escritos. Y pretender que la única

Neruda niño y su primer poema

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"Muchas veces me han preguntado cuándo escribí mi primer poema, cuándo nació en mí la poesía. Trataré de recordarlo. Muy atrás en mi infancia y habiendo apenas aprendido a escribir, sentí una inmensa emoción y tracé unas cuantas palabras semirrimadas, pero extrañas a mí, diferentes del lenguaje diario. Las puse en limpio en un papel, preso de una ansiedad profunda, de un sentimiento hasta entonces desconocido, especie de angustia y de tristeza. Era un poema dedicado a mi madre, es decir, a la que conocí por tal, a la angelical madrastra cuya suave sombra protegió toda mi infancia. Completamente incapaz de juzgar mi primera producción, se la llevé a mis padres. Ellos estaban en el comedor, sumergidos en una de esas conversaciones en voz baja que dividen más que un río el mundo de los niños y el de los adultos. Les alargué el papel con las líneas, tembloroso aún con la primera visita de la inspiración. Mi padre, distraídamente, lo tomó en sus manos, distraídamente lo leyó, distraíd

La escritura y la composición musical (Haruki Murakami)

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El ritmo es lo más importante porque es la magia, lo que invita a la audiencia a bailar y lo que yo quiero son lectores que bailen con mis palabras. No quiero que entiendan mis metáforas ni el simbolismo de la obra, quiero que se sientan como en los buenos conciertos de jazz, cuando los pies no pueden parar de moverse bajo las butacas marcando el ritmo. Luego viene la melodía, que en literatura es un ordenamiento apropiado de las palabras para que vayan a la par del ritmo y la armonía. Después llega la parte que más me gusta: la libre improvisación. Yo empiezo a escribir sin ninguna estructura, apenas con alguna imagen o una serie de personajes que me interesan. Así como los lectores, no puedo esperar a dar vuelta la página para saber qué pasa con esta gente que he creado, porque no tengo idea del argumento, simplemente dejo que la historia fluya libremente desde mi interior y me sorprendo a mí mismo. Por eso creo que la libre improvisación es simplemente llegar a la esquina sin alient

Día de la madre y la familia

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Hace muchos años, el día de la madre se renombró cómo día de la familia. Pienso que esta decisión fue también como un regalo para el día de la madre: una forma de honrar a todas las madres como símbolo de la familia. Esta semana, saldremos todos corriendo a comprarle un regalito; a mi abuela le gustaban los dibujados por nosotros. Desde cruzagramas te proponemos regalar un texto. Y qué tal si a ese texto lo armamos entre todos. Un gran collage de palabras construido desde la comunidad cruzagramas para todas las madres y todas las familias. Escribí tu pedacito aquí abajo, en donde dice comentarios ↓ ( lee el texto del día de la familia 2007 ) Ilustración: Maternidad , de Pablo Picasso

11 de octubre de 1492: Taki Ongoy (por Víctor Heredia)

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Hubo un tiempo en el que todo era bueno. Un tiempo feliz en el que nuestros dioses velaban por nosotros. No había enfermedad entonces, no había pecado entonces, no había dolores de huesos, no había fiebres, no había viruela, no había ardor de pecho, no había enflaquecimiento. Sanos vivíamos. Nuestros cuerpos estaban entonces rectamente erguidos. Pero ese tiempo acabó, desde que ellos llegaron con su odio pestilente y su nuevo dios y sus horrorosos perros cazadores, sus sanguinarios perros de guerra de ojos extrañamente amarillos, sus perros asesinos. Bajaron de sus barcos de hierro: sus cuerpos envueltos por todas partes y sus caras blancas y el cabello amarillo y la ambición y el engaño y la traición y nuestro dolor de siglos reflejado en sus ojos inquietos nada quedó en pie, todo lo arrasaron, lo quemaron, lo aplastaron, lo torturaron, lo mataron. Cincuenta y seis millones de hermanos indios esperan desde su oscura muerte, desde su espantoso genocidio, que la pequeña luz que aún arde

Sobre las novelas (por Javier Marías)

“Quizá no sea lo más sensato por parte de un escritor que sobre todo hace novelas confesar que cada vez le parece más raro no ya el hecho de escribirlas, sino incluso el de leerlas. Nos hemos acostumbrado a ese género híbrido y flexible desde hace por lo menos trescientos noventa años, cuando en 1605 apareció la primera parte del Quijote en mi ciudad natal, Madrid, y nos hemos acostumbrado tanto que consideramos enteramente normal el acto de abrir un libro y comenzar a leer lo que no se nos oculta que es ficción, esto es, algo no sucedido, que no ha tenido lugar en la realidad. El filósofo rumano Cioran, muerto recientemente, explicaba que no leía novelas por eso mismo: habiendo ocurrido tanto en el mundo, cómo podía interesarse por cosas que ni siquiera habían acontecido; prefería las memorias, las autobiografías, los diarios, la correspondencia y los libros de historia. Si lo pensamos dos veces, tal vez a Cioran no le faltara razón y tal vez sea inexplicable que personas adultas y má

Subcomandante "Marcos" escritor (Por Juan Gelman)

Régis Debray lo considera el mejor escritor latinoamericano. Desde antípodas políticas, Octavio Paz ha elogiado su escritura. Pero el subcomandante Marcos , jefe militar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional , habla con timidez de su condición de escritor. "Más fácil sería con un mate", dijo en uniforme guerrillero y pasamontañas que sólo confía al aire los ojos y parte de una nariz objeto de su autoburla constante. La máscara no atenúa la clara emanación de juventud. Es un fenómeno raro, sin antecedentes conocidos en el mundo: su fama de escritor dimana de la prosa que vuelca en los comunicados que firma en nombre del EZLN. Son textos políticos que han llevado de la guerra de verdad, a la guerra de palabras; pero el subcomandante les añade paseos de ficción en las posdatas. Donde ha aparecido hace meses el personaje Durito, un escarabajo que se proclama Caballero Andante de la Selva Lacandona y tiene a Marcos de escudero. Ambos dialogan ­como el Quijote y Sancho Panz