Algunas formas de medir el tiempo
En este collage trataremos de develar las misteriosas formas de medir el tiempo.
Para participar dale una leída a las reglas generales. La propuesta particular de este collage es que escribas un parrafo CHIQUITO por intervención.
Leelo en los comentarios de este post
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Comentarios
y por tu sonrisa ahuecada
pasó el tiempo irreverente
que ante nada se amedrenta.
¿Será el mismo tiempo
que eroda montañas
para convertirlas en desiertos?
las marcas del tiempo sobre mi cuerpo, pero de eso no me quiero ni acordar. Como mamá me asusta ver crecer a mi hijo tan rápido y no tener tiempo de disfrutarlo. Como escritora el tiempo me
desafía, me empuja hacia adelante, me llama a seguir escribiendo.
-No
-¿Y cómo hacés?
-¿Para saber la hora?
-Sí
-Miro el sol
-Ah ¿sí? ¿y que hora es?
-Son las tres cuartos cielo y media terraza del edificio de al lado con nube
-Aaaaah
- ¿Por qué yo?
Y la voz que no acepta réplicas contesta:
- Se llaman luciérnagas pero igual se apagan.
Unisex, blanco y negro, recibido con una sonrisa que dijo: Faaaaa ¿ es para mí?
Rectangular, con detalles en dorado, propiciando glamour.
Con una cabeza egipcia de fondo, sospechosa, testigo del robo en la calle Humberto.
Japonés de metal, elegido por Jorge para que Juancho se lo regale a Josefina. Y apropiado por mí.
A Mafalda no le gusta la sopa y a Julio no le caen simpáticos los relojes.
Les confieso que yo adoro a los cuatro.
Se agachó para mirar por el ojo de la cerradura. En letras muy pequeñas alrededor de la abertura se podía leer: “Ahora”. Entonces comprendió que era inútil. No he hecho ni haré otra cosa, mas que espiar por ese agujero...
Y porque el naranja le quedaba bien.
Y cuando se cae la �ltima hoja del �ltimo d�a el beb� muere.
A veces deja en su lugar a un ni�o o a un casi-adulto, a un p�jaro o a una ternura. Pero lo m�s probable es que al irse s�lo deje un abismo.
(autoafanado de Máquina de tiempo
– Córrete, ya está. Y el libro suspendido en el vacío de cabeza deja otra marca y ojos gigantes de felicidad.
que elegí dejar de creer
en los reyes magos
Qué triste el día
que ya no supe decir
entre buenos y malos
Tampoco puedo recordar las cosas que han vivido aquellos que me imaginaron antes de mi propio tiempo.
No obstante, todo está aquí, en el brusco destello de tus ojos.
Las horas pasan, las respuestas no llegan y tu malhumor no se va.
... pares de zapatos sucios debajo de la almohada
... las lágrimas del suero que cae
... cádaveres de cucarachas
... lunes hastiantes sin empezar
... toses que provocan insonmio
... las cucharadas de veneno que no tomaremos hoy
... las migas de la miseria
... orgías de colillas agrias
... los vidrios rotos de tu infancia de plástico
... las botellas vacías sobre y bajo la mesa
... casi los mismos tres deseos que se transformarán en lápida.
Por eso intento inventar un reloj que mida el tiempo fuera del tiempo, que lo licue. Un reloj deforme, sin agujas, esa que nos clavan el alma
Un reloj a mi ritmo, acorde a los latidos de mi corazon, al aire que respiro....
Este cayó, se desarmó, y el segundero fue a parar sobre el escritor, donde atravesó con sádica delicadeza su ojo izquierdo.
La sangre pintarrajeaba de rojo el papel blanco.
Siguió escribiendo.
¿Por qué llega tu imagen a mi mente?
¿Por qué cambias tus planes a última hora?
¿Estás con alguien más? Oigo voces
Siento cerca tu cuadrante
Me encanta tu perfume, eso te salva
¡Qué tortura! Los minutos mueren
Una fase de la luna me ilumina fría
Pero me altera que tus tiempos quemen
Quisiera cubrirte con un minutero
Y que un reloj de arena te reemplace el alma
Mi amor no soporta tanta espera
No quiero tener tolerancia cero
No sé si matarte y esconderme en un armario
Quiero ser sincero, sé que todo llega
¡No te quiero, pero quiero que llegues a horario!
Por todo eso y por mucho más: Quedate Papá.
Me contaron de un lugar escondido del tiempo; de un espacio de luz sobre el mar, más allá del cielo.
Donde se pueden leer las estaciones del año, y releer el verano, o perderse en una página de primavera, si así se desea.
Me contaron que allí no existen percianas, ni de ese-este lado, ni separados.
Donde el sol respira sin poder contar la inmensidad de los latidos de su corazón, y se puede ser feliz sin razón mayor que el amor; y se puede gritar.
Quiero saber dónde está, y llevarte.
Tengo un sueño continuo, estás siempre vos. Te lo digo:
Las historias se cruzan. Los personajes entran y salen, van y vienen como las olas tejiendo la trama. Pendientes de la mirada ajena, los ojos del otro son la propia carcel.
Sólo el instante, el tiempo detenido en poesía, logra desarmar el caparazón para que aflore ese único segundo en el que ocurre todo.
-Mmmmmuuuuuuuuuuu -rebolea histéricamente su boca sobra la alfalfa.
-Mmmmuuuu -la pica un mosquito en la parte posterior del lomo.
... papeles de golosinas
... entradas gratis al cine, a recitales o a tu cama
... carcajadas brillosas
... los dientes de tu cierre que se abre para mí
... flores de mentira y de jugando
... metros de charlas reales, virtuales e imaginarias
... las gotas de lluvia que caen sobre mi paraguas
... letras de sopa volcada sin querer
... las cuerdas unidas al diapasón del artista
... pequeños centímetros de gloria
... renovados tres deseos que se lleva el humo de la torta y que siempre se cumplen.
tratando de libarle emociones al recuerdo
que mi vida parece volverse.
Me levanto de la cama mientras veo como me acuesto.
Me meto en la ducha mojado
y salgo seco y empastado.
Termino mi taza de café y tengo un sueño de muerte.
Al salir consternado del trabajo, veo cómo uno igualito a mí
ficha y sonríe la jornada.
¡Qué aliviante viento en la nuca al bajar del colectivo!
la vida ajena sucede ante mis ojos
en un instante me toca un hombro
y me dice ¡movete! ¡el tiempo se escapa!
No puedo. Me detengo.
Rayo la ansiedad con un fibrón negro.
Lleno la valija y vacío la heladera.
Una hora, dos horas, tres horas, cuatro horas, cinco horas, seis horas, siete horas, ocho horas, nueve horas, diez horas, once horas, doce horas.
Doce horas y las voces que por teléfono no tienen arrugas son abrazos y perfumes y que largo que tenés el pelo y cociné el pescado que vamos a lo de la abuela y a las seis llega tu hermana y decíme que querés por cena y te puse el velador y la almohada bajita y que mañana te despertas en casa.
Si esta vez no lloro me saco una foto.
Porque es tiempo de volver a vivir
No de rasquetear por los andrajos del olvido
Ni transitar por los senos desempolvados del viento
Hay que enredarse en los ruidos costumbristas
Y alojarse eternamente en las ramas del mar
Saludar a Alfonsina, fotografiar su boca
Discutir sus poemas sin mirar atrás
Es tiempo de sumergirse en olas sin aguas
En crestas sin puntas, en cristales disueltos
Y en relojes de océanos que murmuren el tiempo.
Desde entonces, vivir es desandar. Hasta la primera vocal. Hasta el Big Ban.
Tic, tac, tic, tac
Un vacío, y de pronto no había más plaza, ni banqueta ni sueños, sólo sábanas tibias en una habitación extraña. Hasta aquí llegué! Los relojes infames en mi cuarto morirán para que me pueda reunir con mis pensamientos en el Edén Imperfecto.
Quince, de un viaje en colectivo supersónico y en ojotas.
Un pucho a medias, con mi computadora, de tres minutos y medio.
Dos, de tu sonrisa post coito, mezcla satisfecha de picardía y regodeo.
Cinco, del frenético ejercicio de mi mano en una bolsa de pochoclos.
Once, del final de un partido de truco sin un ancho.
Veinte, de la ventisca polar que me persigue y me tiene sin oyuelos.
Ciento cuarenta y ocho segundos, de una procesión de flores.
Y, en tan sólo dos segundos de un duchazo torpe
-agua fría esquirlando mi espalda-, me di cuenta:
la droga más intensa es el pensamiento.
Cada instante en esa hora, me pegaba un aforismo de astrobiólogo:
“Cuando nuestro planeta personal se mueve,
lo hace desde el pecho y no desde la cabeza”.
Sin embargo, después de ocho horas de laburar con cerebro y corazón
(entidades inseparablemente funcionales a la vida),
elijo dejarlos colgados en el guardarropas
(numerito en la cartera para no extrañarlos)
y que mi mundo se mueva al ritmo de mis pies
abriéndose paso en la pista, sin otra ambición que
bailar hasta que ya no exista límite entre el yin y el yang.
y la playa esta colmada de primavereantes.
Despido tu barco que zarpa
y cruzo a mojarme los pies
en el abismo de este mar helado
que te llevatrae
navegante.
El tiempo te sucede de a ratos.
¿Qué más quiere, qué más quiere? Átelo pronto a su muñeca, déjelo latir en libertad, imítelo anhelante. El miedo herrumbra las áncoras, cada cosa que pudo alcanzarse y fue olvidada va corroyendo las venas del reloj, gangrenando la fría sangre de sus pequeños rubíes. Y allá en el fondo está la muerte si no corremos y llegamos antes y comprendemos que ya no importa.
Aureliano, en cambio, dio un paso hacia adelante, puso la mano y la retiró en el acto. "Está hirviendo", exclamó asustado. Pero su padre no le prestó atención. Embriagado por la evidencia del prodigio, en aquel momento se olvidó de la frustración de sus empresas delirantes y del cuerpo de Melquíades abandonado al apetito de los calamares. Pagó otros cinco reales, y con la mano puesta en el témpano, como expresando un testimonio sobre el texto sagrado, exclamó:
-Este es el gran invento de nuestro tiempo.
El tiempo germina, brota, florece, fecunda, da vida, se propaga, reproduce, multiplica, clona, crece, madura, envejece, muere, se perpetua.
El tiempo promete, da confianza, funda, cimienta, habita, amalgama, matiza, colorea, tonifica, sostiene, mantiene, equilibra, sopesa, limita, enamora, eterniza.
El tiempo desafía, pone a prueba, da la cara, enfrenta, pelea, triunfa, derrota, estimula, reprime, somete, libera, acobarda, da valor, fideliza, traiciona, se compromete, se arrepiente, afirma, niega, se escapa, permanece.
El tiempo en acción se da el lujo de ser dios.
SANDRA 25/9/2007
o tomo la vida y la hago líquida..."
Quizá, la cuchara se llevó en su remolino centrífugo las lágrimas y el azúcar dulce te devolvió un poco de vida y detuvo el reloj en un " ahora es tu tiempo..."
Lo cierto es que ahí, sentiste companía sin apuro.
Alivio cálido, en miradas anónimas, en ojos ajenos.
Entonces comprendiste porque existe uno en cada esquina. Porque alguna gente llega y otra se va...
El café cura y cicatriza. Perdona y contiene.
Se vuelve confidente.
Se materializa en aroma y te envuelve en su fragancia.
Se comparte, se lee, se desgusta y se sueña..."
Como no, dígame cual es el que vio.
Ese, el celestito con números romanos...
Acá está, que le parece...es un aparto muy confiable y es sumergible.
Esta bien. ¿Tiene mas? Voy a llevar un kilo y medio.
Váyase o llamo a la policía.
Deje ese teléfono no sea pavote.
Me llevo aquel de malla negra y cuadrante dorado y no lo molesto más.
Me despego las costuras de mi cuerpo y soy más que un verbo, multiplico...
Descubro los dos lados del tiempo, soy una cara destapada al mundo o una hoja seca sin vuelo.
Y tiro mi moneda de nuevo...
Stop, te lo estoy advirtiendo.
Ya es muy tarde... ya has visto los zurcos que antes no estaban y las canas que antes no te abrazaban la cara.
Es el tiempo que no perdona o son tus ojos que no lo hacen?
cuatro filas de siete
doblado algo
roto
por el uso
con una calcomanía en la parte superior que dice: (dos puntos)
lunes martes miércoles jueves viernes sábado domingo / un día
sobre cada pastilla de la primera fila
siete
que ahora no están, porque solo quedan dos rojas
abajo
al fondo
del final
de decidir si parar o devorar
otro
o si te dejan
porque
de todos modos
hay que sangrar ésto.
la primera cita a la tarde mi corazón latiendo
de litro
porque el café no se comparte,
cuando descubrimos la cama nos hicimos un cuerpo y me olvidé de la ropa de
la noche cuando me animé a
usar las dos palabras
y ésto de decirte el nombre completo
como si el tiempo se midiera por los metros de sueños en
escaleras
un departamento
con vista a verte,
cuando pasé la lengua, prové y
me quedé encantada del plato
como por arte: magia
porque dejamos de decir -llegaste tarde-
para estar más tiempo hablando de -ésto-
de que si no estás te extraño (por eso te doy tantos besos)
cuando dejé el paréntesis el punto las mayúsculas
y te conté de mí de que yo te amo,
como cuando
jugando con los dientes
sonreí porque alguien me dijo:
no puedo creer cómo te cambia la cara cuando hablás de él
y seguí hablando.
María Rosa León
Afortunadamente nos quedan estos espacios de Cruzagramas y todos los conjuros del poder infinito de la palabra.
María Rosa León
-Buenos días - contestó el mercader.
Era un vendedor de píldoras perfeccionadas que sirven para aplacar la sed.
- Se las ingiere una vez a la semana - le dijo - y se pierde la necesidad de beber.
- ¿Y para qué vendes eso? - quiso averiguar el principito.
- Es una gran economia de tiempo - dijo el mercader - Los expertos han podido calcular que se ahorran cincuenta y tres minutos por semana.
- Y qué se hace con los minutos ahorrados?. - pregunto el principito
- Se hace lo que se quiera...
- Yo - dijo el principito para sus adentros - si tuviera cincuenta y tres minutos para gastar, caminaríamuy despacito a beber agua de una fuente...
cuentan tus lunares
el tiempo se detiene
Obturando los oídos con las manos.
Un latido rítmico, monótono, da cuenta de nosotros.
Sentimos el ruido de la maquinaria viva.
Oscila el péndulo, se aísla lo externo.
Se huele el óxido, la aguja se fatiga.
Una luz se acerca lenta, relampaguea el engranaje.
Ochenta y tres, dieciocho, cuarenta o cualquier otro.
Números sin importancia que marcan secuencias propias.
Se detiene, se degrada, se comprime la talla, se agusana, se vuelve polvo.
El vacío invade, sólo queda un rasgo deshilachado en tiempo muerto.
Causa temor ver como una y otra vez El se acerca sigiloso, flotando entre nubes grises, polvorientas, densas. Ella se hace la desentendida, la que no lo ve. Lo ignora
recostadas sobre lánguida tierra
Mano de antiguo reloj
teclea lentas horas del crepúsculo
envuelto en mortaja ovispal
Suena el tictac cancerbero
de tan meláncolica noche
y arrastra partículas doradas
sobre el cristal de tus ojos.
Conosí tu mirada buscadora de mi, y se me impregno el cuerpo de ojos, besos y locura.
Conosí el olor a vos que me condujo a tus caprichos.
Conociste los mios y nos unimos y separamos, para volver a poseernos.
Y vuelvo al tiempo de otras horas, vuelvo al tiempo de abrazos eternos , y ahí es adonde te pierdo
En las lágrimas, en las dudas y en el aburrimiento, te pierdo y no puedo resignarme.
El tiempo retrocede treinta años, y ya no volveré a tenerte.
Sombras aritméticas se le proyectan frías
Una escuadra de acrílico acutángula
Una regla de madera corva
Un compás de punta roja
Se los ve calmos y próximos
Se acercan raudos y óxidos
Cien mil agujas derramarán espermas
Detectores de oro posarán la piel
Equis rayos copiarán mis nombres
Y máquinas prístinas gritarán soberbias:
El tiempo existe si así lo dispone el hombre.
El fantasma perdido de esa imagen sin escenario ni derecho a la identidad
El eco en sepia de los gritos de la infancia en la puerta de una escuela abandonada
La vereda sin gente, la playa sin sombrillas
La casa de los sueños restaurada en restaurant
El pasado pisado, el recuerdo hasta las lágrimas de la niñez feliz...
El tiempo se mide con todo lo que la nostalgia abarca en el corazón, aprieta en el corazón...se lo ve pasar a menudo, a través de los espacios vacíos que un día fueron obra, vida, huella y amor...
Coni
Endulzás a gusto. Revolvés muy bien. La espuma se disuelve y gira, como cuando te sentás para hacer tiempo, o en los domingos con amigos, o en tu primera cita. Revolvés de izquierda a derecha como las agujas del reloj de tu muñeca.
GIGANTES SOLES DE FUEGO Y ANSIEDAD QUEMAN CADA MOMENTO
NO VOY A CLAUDICAR EN MI COMPROMISO
ACEPTAR CADA DIA CON DISFRUTE, Y
CUANDO VUELVAS, TENDRE MI ALMA LLENA DE COLORES
ILUMINANDO NUESTRO AMOR INTERMINABLE
OIGO EL SILENCIO, LOS MINUTOS PASAN Y ESTAS MAS CERCA
A pesar de nuestra avidez por encontrar conspiraciones de la naturaleza, de Dios, de nuestros más cercanos coterráneos, de los yanquis o de quien tenga algun tipo de contacto con nosotros, se puede encontrar que el tiempo en ocasiones se subdivide infinitamente (ah que bueno es releer ""la lotería de Babilonia") y ya sea que una inesperada visita o un encuentro metículosamente planeado se presenten, la felicidad y la emoción son los únicos conceptos que podrían medir tus días.
Elizabeth