Abya Yala (por Carmen Manchini)

Ella lo sabía
desde el inicio de los tiempos
los presagios anunciaron la llegada
aún así se estremeció
era el comienzo

no pidieron permiso
pisaron sin entregar ofrendas
pueblos hermanos se enfrentaron
se traicionaron
divididos fueron esclavizados
con espadas y armaduras de metal
las fiebres los diezmaron

Ella lo sabía
venían a socavar sus senos de oro y plata
vomitó lava
lloró huracanes
se convulsionó en terremotos
pero llegaron muchos más
extendiéndose sobre una mancha de sangre
arrasando culturas milenarias
imponiendo salvación por la fuerza y la muerte

el cóndor extiende sus alas sobre la médula del continente
en las murallas de piedra reverbera el llanto de la quena
los pueblos originarios aún luchan por la recuperación de la identidad arrebatada
aunque para muchos Abya Yala ni siquiera es un recuerdo.

publicado originalmente en
http://azabachemcm.blogspot.com/2010/10/abya-yala.html

Comentarios

ALBIN dijo…
RITO MATERNO


Abya Yala tierra de dar

cuanto sea al nativo

inclinado sobre la fertilidad

hoy te invade ciencia blanca de muerte

sin permiso por tus lugares

va faltándote el respeto

que se te debe porque

a la madre no hay que ofender

eso lo sabe el indio



Gaia ser palpitante

girando por la infinitud

sin combustible de su sangre azul

ni empalizadas para los de a pie

¿cómo a semejante prodigio

el hombre quiere contaminar?

somos su obra sus hijos

una parte exigua

de cuanto existe gracias a la bondad

con que ella obsequia dones



Ya viene el amanecer

plantas por doquier sonríen flores

cantan festejan animales

y toda la existencia en alborozo

por esa luz que aún vuelve

sin ruegos ni plegarias

vuelve otra vez a guiarnos

aunque haya tantos que lo niegan

presos de vehículos a explosión y humo

aferrando los mendrugos de un bienestar

que no es cierto



Madre todavía

quedan quienes levantamos

la copa las manos en jarra los ojos

para honrarte y reconocer en vos

a la fuente de toda procedencia

donde retornar cuando el tiempo

de vida sea cumplido

así fue dispuesto desde antes que la gente

recorriera tus confines comiera de tus higos

y no hay otra ley más justa ni más alta



Abya Yala guárdanos de tanta ambición ciega