amores, humores, horrores
En este collage trataremos de ver cómo se vinculan, se desvinculan, se acercan, se mimetizan, se empaquetan, se revelan: los amores, los humores y los horrores.
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Se admiten: microrelatos, prosa poetica, poesía en verso, o cualquier otra cosa que sea breve breve.
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Comentarios
Amores que te vuelven un horror.
Horrores que se vuelven humor negro. Negros que aman.
Amores que horrorizan.
Blancos del humor de otro.
Amor practicado sin horror.
Humores blancos, fluidos tibios
horrorizan al amor reprimido.
Amaba con horror su fluctuante humor.
Y te horrorizabas de platónica furia
¡Humor y humus, fuerza y hurra!
Vítrea humorada del delirio
De sonrisas insinuadas del espanto
¡Sopor de honra, ombligo del horror!
Entre montones de repulsas claroscuras
Brotó la desteñida policroma de amorodio.
en la alfombra,no detubieron al intrépido, que
los miró de soslayo, casi abandonándolos.
No sintió culpa, ni horror.
Desde el día en el que un accidente de coche lo dejó huérfano de padres, Nico vivía sólo para recordarlos. A sus pocos años, le costaba entender qué es lo que había pasado.
“Están con los ángeles,en el paraíso”, le decía una monja del colegio. “No debes preocuparte. Están los dos juntos”, agregaba otra. “Algún día tú también te reunirás con ellos, ya lo verás”, insistía la madre superiora. “Pero ¿cuándo?”, se impacientaba él. “Cuando Dios te llame”, afirmaba aquella. “Caca de Dios”, se rebelaba el pequeño.
La noticia conmovió a la ciudad. El conductor del vehículo no lo olvidará jamás. Hay quienes creyeron ver una sonrisa en el rostro desfigurado del niño cuando la policía rescató su cuerpo bajo de las ruedas del coche.
Cristina
Lo que sí se es que amar de lejos a alguien,
Es como ponerle florecitas a tu amor,
Pues al tener de cerca
a tu sujeto de amor…
al sentirle, de cerca, su humor,
Pueden suceder dos cosas,
Amarle por siempre
O horrorizarte con su humor de camionero.
horror,y éste en su mínima expresión
contiene midajas de amor.
El amor disfrazado segrega horror
y en su punto límite se transforma
en humor.
El horror descompuesto en pedazos
se traduce como fallas en el amor.
El juego del A-mor no existe sin hu-mor.
desde el lodo marrón de mi habitáculo
se me ha hecho carne tu macabro parto
en estalactitas se paralizó mi llanto
Entonces el fuego irrumpió en carcajadas
y la nada iluminó mi boca con pocas palabras:
te quiero, sin embargo
Caminé varias horas
bajo la lluvia,
besando a todas las ranas
que hallé en mi camino.
Ninguna de ellas, ¡ay!,
se convirtió en el príncipe
que me visita cada noche
en mis sueños.
María Rosa León
Él sabía que me fascina bailar lento.
Dejó de invitarme cuando descubrí que se ponía una berenjena de regular tamaño en el bolsillo derecho de su pantalón.
María Rosa León - De "Historias minimalistas"
enloquecían en su acuosidadtestifera. Solo un grito, un estirarse, un mantenerse en el silencio de esa habitación, impactada por el ulular de la sirena, las sacaría del anonimato.
sus miradas encrespan las olas de la fuente
se retuercen en acietes saltarines de vapores
en medio de rabias, chistes, llantos, risas.
Sirenas inmundas, retrógradas de afectos
ignotas de gérmenes que palpiten vida
gerundias enjoyadas de plateadas escamas
diviértanse,búrlense y en una ecléctica esquina, muéranse.
-¿Qué tal ha ido?-
- La vieja era dura de pelar- responde el soldado
- Me lo imaginé. Sus chillidos se escuchaban desde el cuartel-
- No hubo forma de que confesara el escondite de su marido.
- ¿Entonces?- inquirió el jefe
- Seguí el procedimiento
-¿Hasta el final?
El joven hace una pausa y agacha la cabeza para contestar en voz baja:
- Sí, hasta el final.
El veterano se acerca y le sujeta el hombro con firmeza:
-¡Buen trabajo, muchacho!
desde los aros
como patos en filita,
dibujando en el aire
siluetas melodiosas,
hasta gotear su liquido
corrosivo
sobre las pupilas infantes
que las ratas amasan
en sus nidos de púa.
a cortar
una lámina de piel de tu oreja
y la voy a sorber
en un beso con brusca suavidad
la apoyo sobre los labios y
despacio
le escupo mi aliento
hasta hacerla globo lo estrangulo
para que no se desinfle
y lo mastico para poseerte
en mis labios vacíos
Duele la vida
Por alguna ambigua circunstancia que no viene al caso recordar ahora, él consigue un favor de la muerte. Es tan grande el amor que siente por su amada, que ruega porque nunca se la lleve. La muerte confiesa no poder otorgar tal pedido; a cambio promete darles la oportunidad de despedirse, antes de que ella cierre por última vez los ojos.
La amada no mejora y él piensa que su final está pronto a llegar. Sabe que la muerte es cruel pero no miente; sabe que cualquiera de sus visitas puede ser la despedida y, pese a su pena, huye a una tierra lejana.
Pasa el tiempo. El quizás muere. Ella no puede partir porque aún no se ha despedido de su amado.
Con su chal azul, canosa y arrugada, perpetúa en el umbral su espera eterna.
(autoafanado de Paradoja del amor eterno)
esta calesita de hienas
que sonríen de cancer/
pavor trivial
sin retorno.
Obvervar es no cambiarlo/
actuar es no verlo.
El sentido,
se enmarca entre las cuerdas
que ciñen mis muñecas.
Unico remedio:
eyectarme en una carcajada
liberar un beso
y despedirme
con una lágrima.
a lamer
tu oreja en carne viva
para que viva la carne en tu oreja
y se te escape
una sonrisa
cómplice
y ahora mi grito de placer
te somete
y grita mi ahora
en lágrimas secas
que se desparraman por tu rostro
Y no queda rastro
de tanto amor
de tanto en tanto.
Lo enredaré en tu cuello pegajoso
Para que los surcos viejos de tu cara ardida
Saboreen los jugos de tu piel de charqui
¡Cómo me gustaría que una sonrisa esquiva
Traspase el umbral de tu placer dormido!
Y que risotadas de algas perforen tus orejas
En verde nilo, verde furia, verde acuoso
Verde odio, verde vena, vertebrada
Tomar tu daltónico sexo y que grite yermo:
¡Perfora mis colores y moriré de risa!
No ves qué gracia me da, verte hacer ese ridículo papel. La cara mamarracheada que XXXXXXXX una mueca desfigurada. Esas mil carcajadas que enloquecidas te rodean, en tus noches de lujuria y burbujas, no son más que viriles descargas de lástima que se ríen de tu poco valor.
Y yo acá. Desvencijado en la catrera, esperando que vuelvas: miro tu retrato. El que en la mesita de luz, al lado de la virgencita me desvela. Veo tus arremolinados ojos verdes y te espero. Con el frio y asperoso metal de un bufoso juegan mis dedos. Recuerdo. Me duelo. Pero volvé. Tocá la puerta antes de entrar, haceme el favor. No “vayaser” que se me escape un dolor.
La cara mamarracheada que ilumina una mueca desfigurada.
Tu foto también me mira.
Imposible tratar de explicarnos porque se me llena la mirada de agua: ya soy grande. Demasiado. Respiro con humo, distribuyo la amargura prolijamente y me aquieto.
Papa Noel quiso regalarme otro gin-tonic pero mi carta esta vez fue precisa: si no trae lo que espero que se lo guarde.
Sigo jugando a que nada me turba, me confundo en la infancia de otros, me distraigo tras un velo de alegría sobreactuada.
El capricho de tu imagen me cubre una vez más pero no tengo miedo.
Quiero cerrar los ojos y empezar a desear desde cero.
pero más nos preocupa
desconocer el motivo del miedo.
No existen tales dimensiones, es tan sólo tu mente tratando de encontrar motivos a algo tan simple como, una nueva llegada.
No tocarnos, no besarnos
ni abrazarnos… no sentirnos.
No hablarnos, ni escucharnos,
y dejarnos,
porque amarnos es prohibido.
No más escalofríos
en la piel.
No más miradas
de dulzura.
No más feroces besos,
que arrancan alma y suspiros
con premura.
Se abre un abismo
entre los dos.
No puedes venir…
No puedo llegar…
¿Saltamos?
para morir en el fondo.
¿Nos vamos?
sin volver la vista atrás.
Convertido en poema,
dulce amor,
las caricias son palabras;
se escurre el dolor
entre lágrimas.
Llorás por dentro, lo sé;
recordá que te recuerdo
y no me olvidés,
que no te olvidaré.
Silencioso, luminoso, cálido, protector.
Lo sentí con todo mi ser.
Con mi conciencia y con mi inconsciencia.
Con mi antes y con mi después.
Lo sentí y vibré.
Como una hoja trémula, frágil
Y me dejé invadir por su luz.
Y soñé todos los sueños
y canté todas las canciones
Y bailé todos los bailes
Y amé a todos los seres
Y gané todas las batallas
Y sembré todas las semillas
Escuché todos los silencios.
Y entendí a Borges con su Aleph.
Porque en ese instante supremo, único, inconmensurable, indescriptible,
viví todas las vidas.
Las buenas vidas.
Sentí a Dios.
Cristina Conti
ahora que ya las promesas no duelen
ahora que puedo verte y podes presentirme
ahora que te encuentro y no en mis sueños
ahora que el ayuno de vos a concluido
ahora puedo renovar mi instinto
ahora vuelvo a ser.
Tan sólo si pudiera, tan solo si me dejaras,
tan solo si lo quisieras, tan solo si lo advirtieras.
Difícil prueba a la que sometió el destino,
difícil es cargar con vos sin tenerte,
difícil es verte, difícil no hacerlo.
Daga de las más filosas
fue tu intromisión en mi vida,
si la necesidad no existía,
si mi voluntad no era esa.
La distancia que nos separa es ínfima,
y a la vez la causal del daño,
porque nos aísla un peldaño
y a la vez un abismo.
Que el crucifijo no me ayuda a emprender el olvido,
que Dios no contempla el desearte en secreto
que por realizar lo correcto, ya bastante he sufrido.
Si el capítulo ya está escrito,
que exista la separata
en la que me libere de los tapujos,
y ya no sea la marginada.
Porque en tu profundidad me reflejo,
en lo hondable de vos me encuentro,
porque sin quererlo te pertenezco,
porque sin buscarlo te poseo.
Que en mi tiesura manifiesta,
que en las palpitaciones subsiguientes,
que en el mariposeo recóndito
percibas los efectos que en mi produjiste
quizá sin quererlo, quizá sin hacerlo.
Si alguna vez lo descubres,
deja la puerta abierta
quizá sea yo la correcta
apoderada de tu alma.
Ahora que no hay ni siquiera una promesa
Ahora que verte me lastima
Ahora que sólo puedo tenerte en sueños
Ahora que el ayuno de vos ya es
Ahora solo quedan recuerdos