Un taller literario de cinco minutos (por Abelardo Castillo)

El único taller literario al que fui duró cinco minutos, yo tenía dieciseis años. Había escrito un cuento larguísimo que se llamaba "El último poeta". Y fui a léerselo a un viejo, muy raro y muy sabio, que vivía en San Pedro, Bosio Arnaes, que parecía un búho. Había escrito una novela inmensa sobre los isleños. Una de las últimas veces que lo vi estaba estudiando ruso para leer a Dostoievski en ruso; la últimaa, casi ciego, lo estaba leyendo en ruso. 
Recuerdo su mesa llena de papeles y de mapamundis. Lo que voy a decir ahora ya lo conté muchas veces, y hasta lo escribí, pero ya que estoy lo vuelvo a contar. A la gente le gusta que le cuenten siempre lo mismo, por eso existe la literatura. 
La cosa es que voy a la casa de Bosio Arnaes y le leo el principio de mi cuento, que empezaba así: "Por el sendero venía avanzando, el viejecillo". Y fue todo lo que leí, porque me paró y me dijo: "¿Por qué sendero y no camino? ¿Por qué en lugar de 'avanzando' no ponemos 'caminando'? La gente no avanza, camina. ¿Por qué 'viejecillo' y no 'viejito' o 'viejo' o 'anciano'? ¿Por qué 'el' viejecillo y no 'un' viejecillo, dado que no conocíamos el personaje?" Y cuando yo ya pensaba que era imposible cometer tantos errores en una frase tan corta, me preguntó por qué no lo había escrito, por lo menos en el sentido gramatical lógico: "El viejecillo venía avanzando por el sendero". Yo era muy joven y arrogante, mi única respuesta fue "porque ese es mi estilo, señor". El viejo me miró largo y dijo: "Antes de tener estilo, hay que aprender a escribir". Ese fue mi único taller literario, cinco minutos de duración. 

Desde entonces creo que corregir es un trabajo de humildad, arriesgarse a descubrir que aquello que escribiste puede no ser estupendo sino más bien un mamarracho.

Comentarios

Anónimo dijo…
Y contaste el cuento de tu primer taller literario, que demás está decir que fue muy bueno y que tu cuento es buenísimo. No hay como el lenguaje directo, normal, y apenas si en la poesía, y depende en cuál, se admiten algunas inversiones sintácticas, pero muchas , muchas metáforas y mucho, mucho poder de síntesis. ¿O no?
Celina
Diana H. dijo…
Qué genial. Un taller en sí mismo el texto. Me encantó ésta:
"A la gente le gusta que le cuenten siempre lo mismo, por eso existe la literatura."
DIANA H.
Anónimo dijo…
Es buenísimo... La genialidad de Abelardo. Me encantó, gracias por compartirlo. Lorena A.
Evange Arroyo dijo…
muy cierta la sentencia de Bosio... me gusta mucho...
Sonia Cautiva dijo…
ZAIPER, ME ENCANTÓ ESTE CUENTO, QUE PODRÍA HABER SIDO ETERNO Y FUE RAPIDIDTO RAPIDITO (mucho diminutivo ¿no?, PARA LOGRAR SU OBJETIVO CON GRACIA Y SENCILLEZY...ESTILO.
SONIA
Que bueno! Gracias por compartirlo, nos dá ánimos a quienes núnca hemos asistido a ningún taller literario, únicamente a clases de Literatura en el liceo.
Que sabiduría la del viejecito!!
Gracias por compartirlo, me alegra haber llegado hasta aquí!

Un abrazo!!
Ingrid dijo…
¡¡¡Excelente!!!!
Keiko dijo…
A la gente le gusta que le cuenten lo mismo, y se escribe sobre lo mismo porque el que escribe, el que cuenta y el que escucha, nunca es el mismo.

Todo lo que escribimos se convierte en borradores de borradores de otros borradores; aún cuando sean publicados, no dejan de ser borradores, porque nuestra vida es un gran borrador.
Así un texto casi acabado, casi definitivo, es casi una pequeña muerte.
Ippolita dijo…
Muy bueno.
No sólo porque uno se identifica totalmente con el personaje sino porque dicho por cualquier otro, hubiera tomado largas páginas de explicación.
Anónimo dijo…
Realmente, muy bueno...
Es, sencillamente genial...
Saludos desde Montevideo.
Rafael MONDON. Escritor (de a ratos).
Muy Matrera dijo…
"A la gente le gusta que le cuenten siempre lo mismo, por eso existe la literatura." es una máxima que deberíamos olvidar junto a otras que menciona Onetti en su decálogo.