Día del trabajador

Sonó la sirena. Quizá marque la hora precisa del fin de tu jornada laboral. Hoy te ganaste el pan con el sudor de tu frente, con el agotamiento de tus músculos, con el crujido de tus huesos.


Ganaste el pan y miraste a todos con la frente en alto. No sólo miraste a tus hijos. También miraste con la frente en alto a la naturaleza y a la historia.

Los historiadores sabrán decirlo mejor, pero pasamos por la caza y la pesca, por el trueque, por el comercio, por la agricultura, por los sistemas feudales y esclavistas y luego llegamos a la revolución industrial. Probablemente a nadie se le había ocurrido que el tiempo de trabajo podía tener un límite.

En 1886 los obreros de Chicago se hartaron. Querían ser algo más que los engranajes de una cadena de producción que les daba el pan a cambio de la vida. Tenían que terminar con eso. Ocho horas de sudor tenían que ser suficientes. Decidieron reclamar. Y reclamar fue morir.
Pero no murieron en vano. A partir de entonces, la jornada laboral tiene un tope, y se dio inicio a un replanteo profundo de los derechos del trabajador.

Sabemos que libertad y la dignidad no suelen ser reconocidas por los poderosos. Hay que pelearlas. El día de los trabajadores no habla sólo del sudor por el pan. También habla del derecho a ser personas que descansan, que gozan, que se instruyen, que sienten, que viven. El día de los trabajadores, creando quizás otra paradoja, nos recuerda que el derecho a trabajar no debe quitarnos el derecho a vivir.

Ilustración: "Manifestacíon" del artista plástico Argentino, Antonio Berni

Comentarios

Donde existe una necesidad, nace un derecho”, la frase que usaba Evita sigue resistiendo al tiempo, como la lucha pacífica de Gandhi, la entrega generosa de Madre Teresa de Calcuta, o la sangre de los mártires de la clase obrera de todos los tiempos. El verbo condice con los trabajadores, que parecen no terminar jamás un largo peregrinar por conflictos reivindicatorios alineados a nuestra historia. Vaya el reconocimiento para ellos en su día, que es decir, la vida misma.
Anónimo dijo…
"el derecho a trabajar no debe quitarnos el derecho a vivir"
Muy buena frase!!
Nunca debemos olvidar cual es el verdadero derecho! Aún no lo se...dificil en estos días.
Saludos!
ade dijo…
El derecho al trabajo es eso un DERECHO, no BENDICION divina. Merecemos disfrutar de nuestro trabajo y de un descanso placentero. Las bendiciones en la iglesia.
Lamentablemente para muchos el derecho a un trabajo digno es sólo una utopía. No podemos vivir de utopias, esta es la única vida que tendremos.
Anónimo dijo…
Sebastian , gracias por tu homenaje a los trabajadores, esto hace falta siempre, en años y años este suceso de Chicago se sigue repitiendo, será talvez una utopía ver un día la justicia para los trabajadores.Gracias por lo que haces en tu corazón .

Hector
Anónimo dijo…
buenisimo!! gracias!!
Anónimo dijo…
Feliz día de los trabajadores y trabajadores...
Y del trabajo.
Para todos. Para laburantes y laburantes de todo pelo, mancha, raya o señal.
Felicidades a tutti.
Rafael MONDON.