Código de convivencia (texto de Coni)
Las pautas son pocas pero esenciales. El código sirve para trascender. No está ni estará jamás escrito en ningún lado, pero vos al mirarme, deberás tan solo recordar cada uno de sus items más importantes. Quizás debas aprenderte todos. Si, ya se... lleva tiempo, ganas y compromiso. Menuda palabra esa. No te asustes. Tampoco existió jamás.
Primer punto o punto de encuentro.
Este es mi espacio, abarca desde mis venas hasta esa gotita de lágrima verde que se me cayó ahí, en esa rayita, justo en donde comienza el tuyo, tu lugar, tu suelo, tu tierra, tus cimientos, tus ojos fijos en mí, mi destino. A juzgar por lo caminado, corrido y tropezado en ese, tu espacio, puedo enunciar que incluye desde algunos sueños reales hasta un corazón ficticio embadurnado con caparazones de miel fingiendo la ternura mas pura de todas.
Segundo punto o punto límite
Cada espacio debe, si quiere, y puede gozar de la mas libre de las libertades, de ser y volar. De armar barcos de papel o barriletes de seda. De gritarle a los demonios en cada esquina. De aniquilar promesas y renunciar a la respiración obsecuente de las pupilas. De avanzar por cada rincón sin tapujos ni pudores. Tal vez con un poco de deseos tímidos en las manos. El límite será ilimitado, siendo su única condición la de promover el brillo ajeno y mutuo, inspirando en el respeto de ambos por ambos en cualquiera de sus formas.
Tercer punto, el de los espacios fundidos
En algunos momentos o circunstancias pueden suceder que los espacios lleguen a cruzarse, a entrelazarse como madreselva, porque así lo genera la vida. Si esto no ocurriera todos los espacios se marchitarían y no tendrían forma. Porque no existiría el punto anterior o punto límite. Sin embargo pueden en ocasiones especiales, los espacios fundirse, volverse de besos casí uno, pero conservando siempre la imperiosa necesidad de ser dos.
Cuarto punto, el de la entrega.
Los espacios pueden dar o tomar, recibir o rechazar. Expresarse, redimirse, arrodillarse, ocultarse. Es su naturaleza escrita en los latidos, y muy a pesar de eso, deberán saber igual, que el que da, espera con la sangre al galope recibir señales disfrazadas minimamente con envoltorio de interés y entrega de pertenecer. De no ser así los espacios estaran condenados al fracaso de completarse mutuamente.
Quinto punto o punto de sanidad.
Los espacios deberan comprender que todos los puntos anteriores son el acceso fortuito para el enriquecimiento ilícito mas importante de todos los tiempos...
Sexto punto o punto de los sentidos.
Los espacios deberán hacer uso de todos ellos predominando preferentemente todos.Y aunque en ocasiones, alguno de ellos se viera afectado por la paralisis de la incertidumbre, deberá el otro espacio otorgarle el beneficio de la duda.Y dos o tres secretos al oído.
Septimo punto o punto arco iris.
Los espacios podrán achicarse o agrandarse cuando lo deseen, utilizando como herramienta solo el sentimiento y la verdad. Si la pintura de alguno de ellos comenzará a descascararse, deberán y podrán restaurarse mutuamente a plena luz del día.
Octavo punto, el de la fidelidad
Para una mayor calidad del uso de los espacios, estos deberán hacer unanimidad sentida de la fidelidad mas irrisoria, ya que de no ser así, la relación entre espacios carecería de cordura, motivos, sentidos e importancia.
Noveno punto o punto definitivo y final
Los espacios sabrán siempre, y cuando así lo deseen, que todo lo escrito anteriormente alberga en potencia la posibilidad certera de convertirse en la mayor de las falacias escritas hasta el momento.
De quien escribe... su tinta en mí
Es diciembre veintiuno, de setentaicuatro primaveras celestes de ningún jacarandá.
No cree en los horóscopos pero si en las estrellas. Escribe por todas aquellas cosas esenciales que no sirven, ni servirán jamás. De ahí el motivo de sus conjuros y sus pupilas consumistas de sentidos.
Es maestra de personas muy pequeñas y muy grandes a la vez. Sabias, vulnerables e incomprendidas. Se acerca a ellas por la verdad en sus ojos y su poca distorsión de humanidad. Por eso enseña. Por eso vive.
No puede a veces dormir, pensando en el destino. Menuda palabra, que no existe. Desconfía de la violencia en un puño, y prefiere la razón a lo irascible. El alma al diablo. O al diablo con el alma cuando el amor carece de respeto y fidelidad. Cree en los vínculos que perduran por amistad de palabras y capacidad de conjunción de diferentes bajo un mismo cielo de desigualdades. Pero sabe, muy a pesar de su querer que nada puede durar para siempre. Ni conjugarse irremplazable, en un mundo de suplencias rotativas y ausencias sin aviso y trascendencia dudosa de adióses inevitables, tan necesarios como los puntos finales. Mirá la nube de letras, de perfume de hojas blancas y olor a cuento y poesía barnizada de pasado de jazmines y rosas con pétalos de hiel, de algún planeta que espera, todavía, conquistar.
Y a su paso, confía, mas allá de sus creencias y sus debilidades inquebrantables.
Y se pinta de púrpura, y se baña de sal, de muecas de incertidumbre, de lunas llenas de vacíos y hastío y apego inoportuno. Inevitable de ser. De risas compartidas y sangres comunes desistiendo contra la corriente.
Y se disfraza de alas blancas.
De papiro y nudos de mar.
Y vuela. Sin rumbo, mapas o caminos premeditados.
Podés encontrar mucho más de Coni en De pupilas y conjuros a la tinta. Dejale (acá o allá) todos los comentarios que quieras!
Comentarios
Sos toda poeta Coni, todo estímulo para los sentidos (incluídos los que no están entre los cinco de siempre.)
Coni es una poeta natural