El problema de la cancelación repentina de eventos por pura y exclusiva culpa de uno de los asistentes (texto de Romina Celano)

Supongamos un evento "X", planeado con una semana mínima de anticipación por los sujetos "A" y "B" (tomamos un caso con pocas variables para evitar confusiones). Llegado el día (un viernes a la tarde) "A" concurre al lugar del evento con quince minutos de anticipación (pues es fanático de la puntualidad en contraposición a su padre que llega tarde a todos lados). "B" no aparece.
Analicemos que ocurre en los quince minutos previos al evento, cuando todavía no se precipita la cancelación: "A" tiene expectativas mínimas, se va a encontrar con su amigo "B", charlaran de las últimas novedades, recordaran viejas épocas, tomarán mate, café o una bebida alcohólica. Si se tratara de un encuentro amoroso entonces "A" tiene expectativas elevadas. Si es sujeto femenino, piensa si la ropa le queda bien, se pone un poco nerviosa. Si es sujeto masculino mentalmente recuerda haberse bañado y piensa cuanto tiempo pasara hasta el momento del sexo.
Pero veamos que ocurre con "B" (sujeto que no va a ir al encuentro): faltará a la cita por un imprevisto (se tiene que quedar trabajando hasta tarde, preferiría estar con su amigo "A", pero debe conservar su empleo ó cuando concertó el evento olvidó que tenía turno con el médico y se lo recordó al mirar su agenda). O faltará por un imponderable (su madre se tropezó en la calle, le enyesaron un brazo y tiene que ir al hospital; llovió torrencialmente y su departamento con patio en la Planta Baja se inundó y lo llamo el portero para avisarle que sale agua por debajo de la puerta) O faltará por una excusa (se olvidó que tenía turno con el médico, pero en realidad no tenía turno con el médico). Finalmente, si se tratara de un encuentro amoroso al que no asiste, todo se resume a una excusa. No existen imponderables ni imprevistos capaces de ser comprendidos por "A".
Ahora bien, la conducta a analizar del caso no es la de "B", sino la de "A". Es conveniente recordar que el que cancela un evento es porque tiene otra cosa que hacer. Sea más placentera o no, reorganizó su tiempo. El problema está en: ¿qué ocurre con el sujeto "A" o ¿"cancelado"?.
Si hubiera un tercer sujeto "C" invitado al evento y éste asistiera, el problema no se generaría, pues a lo sumo "A" y "C" critican a "B", o se compadecen de él, mientras toman mate, café o una bebida alcohólica. Si era un encuentro amoroso, se deja el ménage à trois para otra oportunidad ya que dos (A y C) se hacen buena compañía igual.
Ahora, si el sujeto "cancelado" no tiene un Plan 2 (y evitamos llamarlo Plan B para no crear confusiones) entonces se plantea la disyuntiva '¿Y ahora que hago?' Ni que hablar si se tratara de un encuentro amoroso, en tal caso, (salvo que se reemplace inmediatamente por otro encuentro amoroso) será tiempo muerto; cualquier actividad que se haga queda teñida por el "me dejaron plantado/a" (si "A" es sujeto del género femenino probablemente coma chocolate y llame a sus amigas para contarles). Entonces "A" se vuelve a su casa caminando, alquila una película o lee un libro o pide comida al delivery, (o las tres en simultaneo) sin embargo un dejo de aburrimiento o desilusión empapan el momento.
(de "Ondular", Romina Celano)


Romina Celano nació un 12 de mayo de 1980, y desde entonces es taurina.
Algún profesor trasnochado le dijo que tenía un estilo muy rupturista y le sugirió que cambie.
Luego de sobreponerse de semejante cachetazo, cursó el taller de creatividad literaria en el Centro Cultural Borges y comprendió que "tener un estilo tan rupturista" es una de sus grandes virtudes. En todo caso, el lector juzgará.
Se sumó a CRUZAGRAMAS a mediados del año 2006.
Actualmente sigue perfeccionándose y está armando su novela. Este texto es parte de.
Podés pispear otros textos de Romina en Ondular.

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Comentarios

Diego M dijo…
Excelente texto. Muestra una veta ensayístico-humorística muy buena!!
Y ya estás marcando un estilo propio, con mucho talento.
Esperamos esa novela que está germinando!
Besos!
Gala dijo…
jajaja, muy bueno!
Crispín dijo…
Muy:

Muy bien escrito, muy gracioso, muy original, y muy identificado (me siento con lo que dice).
Laris dijo…
Excelente texto, Romi!
Muy ingeniosa y bien lograda la situacion, te hace mantener la sonrisa desde el titulo hasta el fin
:-)
Anónimo dijo…
Me gusto mucho este relato
Anónimo dijo…
muy bueno el texto! sencillo y divertido. (aclaro que lo de sencillo no es malo, justamente me parece que tiene más mérito hacer humor sencillo e inteligente).
Seguí así.
Anónimo dijo…
no me queda claro si Ondular es una novela. De ser asi me gustaria tratar de conseguirla
Roms dijo…
Alexis, Ondular es una novela en proceso de creación. Si querés leer más podés visitar el blog cuyo link está al pie del texto haciendo click en la palabra ondular, o entrando a: http://ondular.blogspot.com/

Romina Celano.
Anónimo dijo…
Romi, que bueno que frente a todas las posibilidades posibles hayas elegido escribir. Éxitos! Un sombrero al aire que festeja.
El plantón es algo que todos hemos vivido en algún momento de nuestra vida; y tienes mucha razón cuando dices q al q lo plantan es el q se siente peor. Bueno a sobreponerse... sigue escribiendo, sobre todo ensayos... lo haces bien.

Saludos
Anónimo dijo…
pAPLAUSOS Y MAS APLAUSOS!!!!!
DE OTRA TAURINA QUE DESCUBRIO DESPUES DE LEER TODO LO QUE ENCONTRE SOBRE VOS QUE NACISTE CASI UN AÑO ANTES, LO QUE CAUSA SANA ENVIDIA NO POR LA JUVENTUD SINO POR TU VALENTIA. VOLCAS TU VERDAD SIN PEDIR PERMISO NISIQUIERA A VOS (SIMPLE COMENTARIO QUE PUEDE FALLAR) Y CON UN HUMOR QUE ME EMOCIONA POR SER IGUAL AL MIO.