Fogwill: La prosa no ortodoxa (por Nico Barrasa)

(1941 - 2010)

Es extraño llegar a conocer a un escritor cuando muere. No me refiero a los que han muerto hace tiempo, sino, por el contario, a quienes mueren en tiempo real. Me ha sucedido con Fogwill.
He leído apenas una colección de “Cuentos completos” editada por Alfaguara (la cual recomiendo a sobremanera) y ha sido más que suficiente para determinar la clase de escritor que fue (además de otros oficios como el de publicista en el cual logró también el éxito).
Ha sido un hombre capaz de despoblar la ortodoxia de la prosa alcanzando esa simpleza con la que sólo se expresan los grandes; una especie de organismo complejo pero absolutamente llano, didáctico; tierno y aborrecible.
Es distinto por su irreverencia. Es distintivo por su creatividad fuera de los parámetros estándares. Puede fluctuar de una sutil definición excelsa, casi como pintada al óleo, al más profundo de los abismos. Toda su personalidad es un abismo mágico, ambiguo, un peñón del que siempre está cayéndose pero no logra alcanzar el suelo.

Acompaño algunas citas de este genial autor argentino:

No queda nada y él vuelve a ser una lámina despegada del cuerpo hacia un tiempo sin sucesión, en un espacio sin lugares y se deja subir sobre el suburbio a oscuras y ve desde lo alto más suburbios a oscuras y más allá ve aparecer la ciudad enorme y central, con la luz de sus nubes de vapor de mercurio bajo las que nada sucede.

Cada uno habita su propio big bang y a veces lo transmite.

Así es contar: saber el sitio justo donde uno debe quedarse quieto como punga en requisa. Así de quieto, manso y quieto.

Y contar es eso, encontrarse con un hombre que ha preferido levantarse la solapa del cuasi anonimato, para buscar retiro en el sagrario de la escritura (entre otros vicios) y quedarse quieto, tan quieto que da a lugar a que los demás hablemos de él.
Leerlo es opcional. Disfrutarlo, casi una obligación.



Extractos tomados de: Cuentos Completos, Fogwill, Editorial Alfaguara,

ensayo realizado por Nicolás Barrasa

abogado, escritor cruzagramístico, yogui y remero, groso total.

Coordina junto a AnaGyS, el sitio de literatura experimental: Transfusiones de Ideas (http://transfusiones.cruzagramas.com.ar)

Pueden leer sus textos en: http://nicolasbarrasa.blogspot.com

Comentarios

Qué bueno Nico. Gracias por recordarnos a Fogwill. Yo acabo de comprar y estoy leyendo "En otro orden de cosas" una novela suya que recorre del 71 al 82, doce años argentinos atravesados por Lanusse, Cámpora, Montoneros, Perón, Isabel y la dictadura.
Abrazo
Bea dijo…
Muy lindo ensayo y merecido homenaje a Fogwill!
Tuve la oportunidad de verlo en uno de sus talleres literarios que se desarrollaba en la Facu de Letras. Y a uno de sus alumnos le dijo, después de que leyera su texto: " claro, fulano ya es un profesional, egresó de la carrera, por lo tanto cree que es un artista. Nada más lejos de la realidad."
Nuestro Fogwill era sociólogo, publicista, empresario a veces, pero por sobre todas las cosas un tipo sin vueltas, cálido, simple y complejo a la vez.
Saludos
Maria Marta Poccard dijo…
NICO

un lujo tus conclusiones sobre FOGWILL, del que sòlo he leìdo algunos cuentos y su blog en PERFIL,
donde se jugaba lindamente, contra el poder y por què no, contra la gloria.

su muerte me alterò, porque a pesar de que deduje que tomaba anti - coagulantes, tenìa una
vitalidad sorprendente, y la muerte le quedaba chica, o grande, no lo sè.

morirse es una costumbre, que suele tener la gente, sostenia Borges, con esa elegancia de siempre.
igual, no encuentro que la muerte sea elegante y menos para Fogwill.

excelente tu nota, voy a leer otros cuentos suyos.
muchas gracias Nico !!!!!!!!!!!!